Señor Dios de misericordia y de amor,
en tus manos encomendamos el alma de tu siervo,
el Papa Francisco,
pastor universal de tu Iglesia y testigo de tu Evangelio.
Te damos gracias por su vida,
por su entrega al servicio de los pobres,
por su amor a la creación
y por su ejemplo de humildad, ternura y verdad.
Concédele, Señor, el descanso eterno,
y brille para él la luz perpetua.
Acógelo en tu Reino como buen y fiel servidor,
y haz que desde el cielo interceda por tu Iglesia peregrina en la tierra.
Fortalece a tu pueblo en este tiempo de duelo,
y guía con tu Espíritu a quienes serán llamados
a continuar su misión al servicio del Evangelio.
Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.
Jesús, en Ti confiamos.
Santa María, Madre de la Iglesia, ruega por él.